MARIPOSA DEL SUR
Pueblo orillero, subida de monte,
jarilla de cacique, diversidad occidental.
Eres ciudad que madura
a la sombra del sauce llorón,
cauce donde lavamos nuestras culpas,
de una razón tan negra
como el blues de la luna.
Ápice de ombligo desconectado,
luces que ocultan la ciudad.
Cúspide de amor medieval,
bajo caretas de macho cabrío,
domo de las cuencas
que riegan nuestras venas.
Noche como la moda parisina,
día como el vitral que nos incandila.
Bares donde las lágrimas no corren
y nuestras muecas son color Bianchi.
Vida, como el Cristo que siempre está.
Luna ambulante,
como la cocaína que no duerme.
Patear la calle, patear la vida
es abrir un libro,
tan bipolar como la realidad,
llena de arterias.
La adversidad, los diálogos absurdos,
todo lo encontramos,
y jugamos a perderlo.
El terrorismo económico del día a día,
el realismo mágico y mitológico
de la izquierda y la derecha.
Un Macondo que nos grita los Buendía.
Tomarse un Barón B es injusto,
pero matar a 100.000.000 de personas
no parece estar tan mal…
El tablero de ajedrez,
y la rosca política como un sinfín de bodega
que nos lleva al sadismo.
El dinero que sobrepasa y convence
de lo que tú no eres,
de lo que tú no quieres.
Bella ciudad,
vas madurando en el reflejo del espejo.
Histriónica y compleja,
no eres de nadie,
pero eres de todos.
EEl amor está a la puerta de cada picaporte.
Algunos caen de rodillas,
otros son maldecidos
por haberse enamorado.
La ciudad del amor,
de las parras color verde,
que intensifican y bifurcan
los caminos del afán.
Todos somos arquitectos
de esta ciudad oculta y brillante
a los ojos del lupón,
que esconde a la poesía bajo los surcos,
para que alguien tropiece y la encuentre.
Nos une el interés al mismo Dios.
Somos colonia de ideas
que nos arrasan al convencimiento
de creer lo que es mentira.
Oasis deseado,
como la piel generosa y cruel de mujer,
como los malones de antaño.
Pueblo que empieza a escuchar
la revolución de la naturaleza,
el grito en las periferias.
Nos cobijas como puedes
en la placenta que no se ve,
invisible conectora de labios,
de sonrisas oblicuas.
Mariposa del sur,
empiezas a madurar
a la sombra del espejo.
Tiempo que es mío y del otro,
como la energía del universo.
Ciudad de San Rafael,
en la contemplación y el amor,
eres de todos.




